Según una encuesta de ING Direct, uno de cada tres padres están más dispuestos a hablar con sus hijos sobre drogas, alcohol y sexo que sobre dinero. ¿Cómo garantizar que sus hijos no cometan los mismos errores suyos al manejar las finanzas? Muchas investigaciones en el mundo dicen que la mayoría de comportamientos y el nivel educativo de los padres es un determinante de la calidad de vida y de la inclusión social de los hijos. En educación financiera el caso no es diferente; los hijos conservarán los mismos patrones de comportamiento frente al dinero que los padres.
Si usted no quiere entonces que sus hijos cometan los mismos errores financieros que usted suele enfrentar, tenga en cuenta estos siete avisos que los expertos en planeación financiera, Lenox Advisors Inc., identificaron.
1. No comprarle todo lo que quiere. Una vez que su hijo tiene edad para obtener una mesada, es decir cerca de los seis años, debe enseñarle que el dinero que le da también debe usarlo para comprar las cosas que necesita. Esto lo obligará a distinguir entre necesidades y deseos y será con su dinero como deberá satisfacerlas.
2. No hablar sobre la situación financiera de la familia. Mantener a sus hijos mayores por fuera de las conversaciones sobre dinero es un error que cometen muchos padres. A los 12 años, un niño ya tiene la edad suficiente para opinar sobre ciertas decisiones financieras, además de sentir que empiezan a confiar en él como parte fundamental de la familia.
3. Hablar demasiado sobre la situación financiera. Sobre todo en las situaciones económicas difíciles o cuando hay temas de pareja de por medio es mejor no hacer comentarios, ni enterar mucho al niño de la situación, pues puede sentirse culpable. Por ejemplo, decirle a un niño lo costoso que fue el divorcio o lo difícil que es mantener una familia puede llevar al niño a crear miedos sobre el dinero.
4. Recordarle que le compra cosas a cambio de algo. Si decide comprarle el juguete de sus sueños a su hijo, no espere más sino un beso, un abrazo y las gracias por parte de él. No es bueno estarle recordando todo el tiempo que es usted el que le compro una u otra cosa, a menos que haya sido una negociación realizada con anterioridad.
5. Pagar por hacer las tareas. El objetivo de darle a su hijo una mesada es enseñarlo a tener un presupuesto y a ahorrar, pero eso no debe ser usado como un soborno para conseguir que haga las tareas, que al final del día son su obligación. Por supuesto, esto significa que retener la mesada para castigar el mal comportamiento también está mal hecho. Busque otra manera para conseguir que haga todas las tareas, pero no el dinero.
6. Ser el único empleador de su hijo. En Colombia, siempre y cuando tenga un permiso de los padres, la edad mínima para trabajar es 12 años, además es lo suficientemente responsable para asumir algunas tareas del hogar. Por ejemplo, puede animarlo para que se ofrezca a ir por el pan y la leche, arreglar el jardín de la casa, cuidar los niños de algún familiar, entre otras. De esta manera, él se familiarizará con una autoridad o “jefe” diferente a mamá o papá.
7. Entregar dinero en el momento equivocado. Uno de los planes favoritos de los adolescentes es ir de compras. En este momento de la vida hay una manera de ayudarlos a resistir la tentación y a controlar los impulsos, no le entregue la mesada el viernes y así disminuirá la probabilidad de que el lunes amanezca sin nada. En su lugar, entréguelo el domingo para ayudarlo a actuar con moderación y para que haga su presupuesto de toda la semana.
En esta época en que TENER es el gran afán de muchos, los padres de familia caen fácilmente en esta tentación. Por querer TENER mucho dinero se imponen grandes sacrificios: separarse uno del otro para ir al extranjero a ganar dólares, dejar los hijos en la casa en manos de la dama de servicio para poder trabajar ambos, privarse incluso de lo más necesario… Todo esto para poder satisfacer los requerimientos de los hijos: celulares, computadores, fiestas, viajes, diversiones, etc. Y para peor, ‘dar todo a cambio de nada…’.
Existen dos maneras de ser ricos: subir los ingresos al nivel de los deseos, o bajar los deseos al nivel de los ingresos; indiscutiblemente, que lo más práctico es lo segundo. E. Fromm en su obra Del tener al ser ha puesto de presente dos objetivos que se le suelen plantear muchas personas: ser para tener, o tener para ser. En síntesis, hacer del tener el fin de la existencia, o a la inversa, hacer del tener un medio para ser persona.
Los padres de familia deberán educar para la responsabilidad económica de la familia: el sentido del ahorro, la solidaridad en los momentos críticos, el apoyo recíproco, la educación del sentido de pertenencia a la comunidad familiar, etc; deberán exigir mayor responsabilidad en la medida en que van dando mayor libertad a los hijos. Libertad sin responsabilidad se transforma en libertinaje.